En la CDMX hay de todo y para todos. El que tenga hambre va a encontrar algo a su medida; los lugares de moda, los ocultos, los inesperados, los más simples; aquí la oferta de comida no para nunca. Entre este mar de posibilidades, hice una lista con mis lugares favoritos para comer y que no aparecen en la mayoría de listas y sitios de recomendaciones, aquellos que considero imperdibles tanto para los chilangos de corazón como para los visitantes de nuestra ciudad. Elegí cuidadosamente estos lugares considerando no sólo la experiencia gastronómica, sino también tomando en cuenta la facilidad para llegar al sitio, lo que hace más accesible su visita a cualquiera que se interese. Tacos, mariscos, huaraches, sin importar de qué se trate, te garantizo que visitar cualquiera de estos lugares va a ser toda una experiencia chilanga llena de sabor.
Me gustaría saber qué opinan de este listado, a cuales de estos lugares han ido y qué opinan de ellos. Pero más importante, me gustaría saber qué lugares me recomiendan para perderme en la ciudad y explorar sus delicias, y por qué no, hacer una segunda edición de esta lista.
La lista no tiene un orden predeterminado, ni tampoco es un ranking, por lo que el orden de aparición es meramente circunstancial. Buen provecho.
Los Palomos
Esta antigua taquería se encuentra a unas cuadras de la estación de metro Villa de Cortés. Tiene un formato un tanto único, pues cuando llegas te recibe una barra alta en forma de “L” y unos bancos de madera igual de altos en los que subir es todo un reto. Pero una vez en tu lugar y frente a la barra, es cuando la magia realmente comienza. De repente te encuentras en primera fila para el show visual que significa tener frente a tí la plancha y la parrilla por dónde pasan velozmente las ordenes de tacos y alambres todo el tiempo. Aquí todo lo que pidas es bueno, muy bueno, y se siente la calidad de la carne y de los demás ingredientes; pero si hay algo que vale la pena probar por sobre las demás cosas, es el taco de chile ancho relleno de queso. Uffff. Después de pasar por la parrilla y por la plancha, el taquero corta y revuelve el chile con el queso derretido y lo coloca sobre dos tortillas bien calientes. Una delicia. Y por si no fuera suficiente puedes pedir encima algo de bistec, chorizo, pastor, chuleta, etc. En mi opinión, un imperdible de la Ciudad de México.
Balmaceda, Josefa Ortiz de Domínguez, Benito Juárez, 03410 Ciudad de México, CDMX
2. El Tarasco
Tratándose de carnitas, cada mexicano tiene su propia opinión y su propio lugar favorito, pues si algo existe para aventar para arriba, son estilos para hacer carnitas.
Este restaurante en particular se especializa en las carnitas estilo Michoacán, bien fritas en manteca hasta que la carne queda suave y bien jugosa. Acá las carnitas se piden por kilo, y a tu mesa llegan acompañadas con una buena dosis de tortillas calientitas, salsas, chiles y bastante limón. El lugar es sobrio y cumple con lo que todo buen restaurante de carnitas debe tener: el aroma de las carnitas friendose en la olla, tortillas calientes, buenas salsas y refrigeradores llenos de cerveza fría. No cuentes cuantos tacos te comes, te garantizo que vas a rebasar tus propias expectativas, solo entrégate a disfrutar hasta ver tu plato vacío sin las huellas de lo ocurrido. Recomendación, pide surtida. Diez de diez.
Eje 1 Ote, Av. Andrés Molina Enríquez 4932, Nueva Sta Anita, Iztacalco, 08210 Ciudad de México, CDMX
3. Huaraches de La Güera
Si en algo me puedo considerar experto y un catador profesional, es en los huaraches. Quien conoce la ciudad sabe que aquí en Jamaica los huaraches son un verdadero deleite, el plato bandera de esta colonia. Aquí hay de todos los precios y para todos los gustos. Quizás lo mejor de este alimento es que se presta para jugar creativamente con todo lo que se le puede poner encima y con todo lo que se puede acompañar. Con todo ese conocimiento de causa y expertise a cuestas, últimamente me he hecho asiduo consumidor de los huaraches de La Güera, los cuales se encuentran en el mercado de comidas de Jamaica. Si llegas en un momento y día poco concurrido vas a poder evitar la espera, de lo contrario tendrás que esperar algunos minutos para poder tomar un lugar en las largas mesas que sobresalen de la cocina del puesto. Todo lo que comas aquí será bueno. Mi recomendación, ve directo por los huaraches, mejor aún, ve directo por el huarache de costilla y bañalo en salsa verde. Me lo agradeces después.
Mercado de comidas, local 41, 29 y 30, Jamaica, 15800 Ciudad de México, CDMX
4. El Huequito Ayuntamiento
Esta va a ser la única recomendación que incluye una cadena de restaurantes. Siendo sincero, hay tanto por probar en la ciudad y tantos lugares a los que ir, que pocas veces me veo frente a un restaurante de cadena. Pero en este particular caso, la comida y la experiencia de verdad lo valen. No estoy muy seguro si esta sucursal de El Huequito fue la primera que existió, ni tampoco conozco a profundidad la historia del angosto lugar, pero si algo vale la pena probar en la Ciudad de México es el famoso “pastor especial” recargado en las mesas metálicas instaladas sobre la banqueta a unos centímetros de la vía del Metrobús, que te vuela las servilletas cada vez que pasa a un lado. Yo sé, no suena de lo más cómodo, pero el que vive esa experiencia una vez, entiende la razón por la que es única. El “pastor especial” es básicamente una montaña de carne al pastor bañada en salsas, cebolla caramelizada y un montoncito de tortillas calientes en la cima. Una verdadera delicia. Toma una tortilla, rellénala con la carne, y exprime un limón al centro. Repite el proceso hasta que tu montaña de pastor sea más bien un cráter, va a pasar más rápido de lo que desearías.
Ayuntamiento 21, Colonia Centro, Centro, Cuauhtémoc, 06050 Ciudad de México, CDMX
5. La Perla de la Obrera
Pocas cosas se gozan tanto como una buena pescadilla preparada con aguacate, cilantro, cebolla y unas buenas gotas de salsa. Si le sumas a eso un caldo de camarón con limón y finalizas la escena con una cerveza bien fría, tienes frente a tí un verdadero manjar de reyes. Pero ojo, pues este no es un restaurante cualquiera, cuenta la leyenda que hace muchos años, La Perla de la Obrera no era más que un puesto metálico instalado sobre la banqueta, y que a partir de ahí y gracias a su éxito, hoy en día se trata de un restaurante de dos pisos; con la buena noticia de que el puesto metálico en el que todo empezó aún existe y sigue dando servicio. Mi recomendación es la siguiente: si deseas comer coctel de camarón, pulpo, vuelve a la vida y ese tipo de platillos de rápida elaboración, hazlo afuera, sentado en una angosta mesita sobre la banqueta en el puesto metálico. Si por el contrario, vas con toda tu familia y alguien quiere un filete, una mojarra frita, o bien un caldo y estás buscando pasar un momento cómodo y agradable, te conviene pedir mesa adentro del restaurante, que está justo en la banqueta de enfrente del puesto metálico.
Fernando Ramírez 8, Obrera, Cuauhtémoc, 06800 Ciudad de México, CDMX
Yorumlar