Si la Ciudad de México tuviera sus dos bebidas favoritas repartidas democráticamente entre todos los chilangos, sin duda las dos más tradicionales y que forman parte de nuestra cultura y vida social, son la cerveza y el pulque. Y para beberlas las opciones son casi infinitas y las hay de todos tipos. En lo personal, cuando se trata de juntarme con amigos siempre prefiero los lugares poco llamativos, por lo que para encontrar estos huecos a veces hace falta dar una mirada más profunda en ellos. ¿Y qué se busca en un lugar para beber pulque o cerveza? Fácil, demasiado fácil quizás. Primero, un ambiente que si bien propicie la interacción social, no deje de lado la privacidad en cada mesa para que sea el escenario ideal para ponerte al día con tu acompañante. Segundo, refrigeradores fríos y llenos de botellas de cerveza. Tercero, buena música de fondo para conocer nuevas joyas o bien escuchar los clásicos que nos llenan de recuerdos. Cuarto, buen servicio; un mesero o mesera amable hace la diferencia sustancialmente. Y quinto, buenos precios; seamos sinceros, cuando asistimos a estos lugares la charla es el centro de todo y la cerveza el elemento ideal para lubricarla, por lo que entre menos compleja mejor. Y si a todo esto le sumamos un baño comodo y limpio, hemos encontrado una joya. Así es como entre los amorosos embriagados, los enamorados no correspondidos, los vendedores ambulantes que andan entre las mesas y los curiosos que llegan por primera vez a estos sitios, estos lugares se vuelven en el escaparate para salirte del ritmo citadino por un rato.
A continuación les comparto mis lugares favoritos para sentarme a disfrutar de un buen pulque o una buena cerveza.
Pulques Tio Neto
Una joya para el disfrute, la bohemia, los curados de pulque y la cerveza helada. Tienen todo lo que los buenos lugares en esta lista deben de tener, con la gran ventaja que la atención y el servicio los ofrece el Tio Neto en persona. Para los asiduos no es extraño verlos llegar y saludar con abrazo incluido al personal del lugar. Acá la barra de pulques curados te recibe desde que das el primer paso dentro, los hay de variedad de sabores que van rotando día con día. Puedes pedir de el vaso, el litro, o bien, si eres nuevo en esto del pulque curado, puedes pedir los pequeños vasitos desechables de prueba para tomar la mejor decisión. Si prefieres la cerveza yo te recomiendo pedir por caguama, pide vaso escarchado y listo, entregate a la relajación y a disfrutar de el momento. Hay variedad de botana, papitas, cacahuates, chicharrones, etc; pero si vienes con hambre, las enchiladas o los tacos dorados son garantía de sabor, bien servidos y bien sazonados.
Y un detalle que pareciera menor, pero es muy importante: tienen rocola, 3 canciones por $10 pesos. Una verdadera joya.
Juan A. Mateos 445, Artes Gráficas, Venustiano Carranza, 15830 Ciudad de México, CDMX
2. El Tlachiquero
Situado sobre Av. Cuahutemoc a un lado del Jardín Pushkin en la Colonia Roma, encuentras este bar que en realidad muestra poco desde afuera, pues la verdadera magia sucede dentro de su profundo pasillo en donde una angosta barra recorre las paredes de este lugar. Apostados en todo lo largo y profundo de la barra, los asiduos de este espacio recargan sus cervezas y sus ollitas con mezcal y refresco de toronoja mientras comparten una buena charla y escuchan la música que el Dj en turno comparte. Es un lugar pequeño no recomendable para claustrofóbicos, pues entre la gente y el ruido, podría resultar intimidante. Acá la cerveza fría, los pulques curados y las ollitas de mezcal son los protagonistas, si van dos personas pidan cada quien su cerveza y compartan una ollita para que la prueben, si les gusta (que es lo más seguro), al próximo turno pidan una cada quién. El personal es amable y servicial, aunque si hay mucha gente es recomendable pedir con anticipación para dar un margen de tiempo a que el staff del lugar vaya liberdo las ordenes anteriores. Una visita que no pueden perderse si están de paso en la CDMX.
Av. Cuauhtémoc esq, Roma Nte., Cuauhtémoc, 06700 Ciudad de México, CDMX
3. Fonda La Buena Vida
Cada vez son menos los lugares en la Colonia Roma en los que las caguamas son parte del menú. Afortunadamente existe este bar/restaurante en el que no solamente hay caguamas, sino que las hay de varias marcas. La clásica aquí, la caguama Cartablanca helada. Es el lugar ideal para sentarse cómodamente a tener una buena charla con amigos. Algo a resaltar es la amabilidad del personal, que al ser un lugar pequeño y no con demasiadas mesas, atienden ágil y amablemente. El menú de alimentos es amplio y de calidad, por lo que si vienes con hambre este es un buen sitio para comer. La decoración es quizás algo que hace que me guste tanto este lugar pues hace q te sientas relajado en un lugar sin pretensiones. Si andas por la colonia Roma y estás confuso sobre qué hacer o bien dónde comer, pasa antes a Fonda La Buena vida a tomar, te servirá de relajación e inspiración para lo que se venga.
Merida 96, Roma Nte., Cuauhtémoc, 06700 Ciudad de México, CDMX
4. Restaurante Bar VillaHermosa
Enclavado en la antigua colonia Obrera, cerca del centro de la CDMX, esta colorida cantina es el lugar perfecto para sentarse en las sillas metálicas sobre la banqueta y dejarse disfrutar una cerveza helada. Ojo, justo enfrente está el restaurante de mariscos "Vistahermosa" (que en su fachada se anuncia como Cervecería), y aunque ambas son de los mismos dueños, en el Bar Villahermosa se respira más el ambiente de cervecería, cuenta con más privacidad y limpieza. Las cortinas plásticas que caen del toldo de la fachada, hacen que sentarse en las sillas dispuestás en la banqueta sea muy cómodo e ideal para aquellos fumadores. Acá la carta de alimentos y bebidas es amplia, al pedir tu primer trago, el mesero va a llevar hasta tu mesa una charola con algo de comida, es una cortesía de la casa, que aunque no es mucho, es un detalle que en pocos lugares se ve. Si tratas bien al equipo de meseros, la botana seguira llegando mientras sigas consumiendo bebidas. Yo voy a la segura por lo que mi cerveza clara siempre refresca el momento cuando estoy aquí. El interior tiene una decoración que cuando menos se podría describir como surreal, murales de colores cubren las paredes y el acceso al baño es probablemente lo más icónico (y un poco aterrador) de este sitio, pues las pinturas de figuras humanas y los maniquies van guiando al extraviado en la dirección correcta. Un lugar sin pretensiones en donde se pueden pasar horas y horas entre buena cerveza y buen ambiente.
Manuel J othon 135, Obrera, Cuauhtémoc, 06800 Ciudad de México, CDMX
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